¡Haz que el miedo te tenga miedo!
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¡Haz que el miedo te tenga miedo!

¿Sirve el pensamiento positivo para eliminar el miedo?, ¿Es posible conquistarlo?, ¿Se pueden lograr cosas a pesar de sentir miedo?, ¿Se tiene que eliminar el miedo para lograr lo que uno desea?, ¿Cómo se vence al miedo?


Estas preguntas trataré de responder en este artículo, pero lo haré analizando y poniendo en perspectiva nuestras creencias acerca de este tema que parece ser uno de los más temibles enemigos del ser humano.


Comencemos analizando unas ideas dentro del siguiente video. Por favor date permiso de simplemente leerlas y más adelante te daremos elementos para profundizar en ellas.


Ahora bien, seguramente habrás escuchado o leído alguna vez frases sobre el miedo como estas:


"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que lo conquista" - Nelson Mandela


“La inacción cultiva el miedo. La acción cultiva la confianza y el valor. Si usted quiere conquistar el miedo, no se quede sentado en la casa pensando acerca de él. Salga y actúe” Dale Carnegie


“El valor no es la ausencia del miedo, más bien, es creer que otra cosa es mucho más importante que él” Ambrose Redmoon


Sin duda todas son frases inspiradoras y nos proponen perspectivas para resignificar la idea de ese misterioso acompañante de todos, llamado miedo, pero...


¿alguna vez te pusiste a pensar si es realmente posible conquistar al miedo y si son realmente útiles esas frases?


Mucho escuchamos del poder del pensamiento positivo hasta el punto en que muchos lo consideran inútil y utópico, quizá hasta se considera sobrevalorado su poder. Sin embargo; hoy día se ha comprobado científicamente el impacto útil del pensamiento positivo en las personas a la hora de crear valores reales y tangibles en la vida. Y aún sin las pruebas científicas, símplemente al analizar la historia de quienes expresaron las frases anteriores nos damos cuenta que todos dejaron un legado congruente con sus "dichos" y todos demostraron que es posible lograr lo que deseaban a pesar del miedo que llevaron consigo en el mar de adversidades que tuvieron que enfrentar.


El pensamiento positivo es mucho más que sólo mostrar una actitud optimista.

Tal vez la mayoría de las personas no tengamos aspiraciones tan elevadas como Nelson Mandela ni estemos en la situación de defender ese tipo de ideales tan solidarios. Sin embargo, consciente o inconscientemente todos buscamos felicidad en cada acto que realizamos. Sí, la felicidad es el fin máximo y hay una gran cantidad de fundamentos al respecto, pero eso lo explicaremos en otra entrada.


Esa búsqueda de felicidad es la que nos enfrenta a situaciones en las que el miedo nos confronta cuando se trata de algo diferente que nunca hemos vivido. Y ahí es donde cobra lógica, por ejemplo, la frase de Ambrose Redmoon: “El valor no es la ausencia del miedo, más bien, es creer que otra cosa es mucho más importante que él”, porque debemos subir al ring y poner a pelear eso que sentimos y nos detiene (miedo) contra eso que también sentimos pero nos impulsa (deseo). Pero no estamos hablando de cualquier deseo simple que busca placer, estamos hablando del deseo fundamentado en un propósito que busca felicidad por trascendencia.


Entonces, cuando uno siente miedo, ayuda mucho pensar en algo que sea lo suficientemente importante y que nos permita ponernos a la acción aún llevando el miedo en nuestra mochila. Y aquí cobran sentido las frases de Dale Carnegie (“La inacción cultiva el miedo. La acción cultiva la confianza y el valor. Si usted quiere conquistar el miedo, no se quede sentado en la casa pensando acerca de él. Salga y actúe”), porque enfocados en eso que deseamos tanto, podremos inducirnos un estado emocional que nos genere valor y nos impulse para lograrlo.


Una vez que alguien vino conmigo y me pidió ayuda con Coaching porque tenía el reto de hablar en público pero sentía mucho miedo. Le pregunté si conocía el origen de su miedo y respondió que lo sentía cuando aparecía en su mente la idea de que se le cerraría la garganta y no podría hablar. De ahí se desprendió un proceso conversacional, del cual resumo una parte del mismo:


[...]


—¿Y cómo sabes que se te cerrará la garganta y no podrás hablar?


—No lo sé —respondió—, sólo imagino que así será.


—¿Y qué piensas de pensar eso aún cuando no sabes que así será?


—Pues que no me sirve de nada bueno, sólo me estresa y me preocupo.


—Y ahora que lo haces consciente, ¿de qué te das cuenta?


—Me doy cuenta que me boicoteo con mis propios pensamientos y eso no me ayuda.


—Y si boicotearte con tus propios pensamientos no te ayuda, ¿entonces qué te ayudaría en lugar de eso?


—Pues pensar de manera más positiva y útil, tal vez.


—¿Por ejemplo?


Pues que podré hacerlo porque estoy 100% preparado para hablar en público.


—¿Y lo estás?


—Sí, de hecho tengo mi discurso listo y me lo sé de memoria.


—Y ahora que has decidido el tipo de pensamiento que te ayudará junto con el discurso que ya tienes listo y memorizado, ¿consideras que es suficiente para controlar tu miedo de hablar en público?


—Creo que me ayudaría también practicar un poco.


—¿Cómo y cuándo podrías practicar?


—Podría hacerlo con mi equipo de trabajo en la oficina y con mi familia. Les tengo mucha confianza y si me equivoco sé que ellos me apoyarán con su retro y me ayudarán a mejorar.


—¿Algo más que consideres necesario pensar, decir o hacer para tener un mayor control de ese miedo?


—No... Creo que con eso es más que suficiente...


—Si piensas en el miedo que sentías antes, ¿cómo lo percibes ahora?


—De hecho ahora mismo me doy cuenta que sigo sintiendo miedo pero ya no me limita. Es como si ahí estuviera pero lo tengo controlado. Ahora me siento como nervioso pero a la vez emocionado y eso pero me gusta porque siento que me impulsa a lograr lo que quiero.


—Si los pusiéramos en una balanza, ¿qué sería más importante para ti, el miedo o la satisfacción de hablar en público?


—Definitivamente la satisfacción de hablar en público. Siempre ha sido mi sueño y no voy a desaprovechar la oportunidad de hacerlo.


—¿Y qué pasaría si no funcionara y al momento de querer hablar en público en realidad sí se te cerrara la garganta y no pudieras hacerlo como pensabas antes?


—Con lo que he reflexionado, pensar eso ahora me parece una estupidez y me da hasta un poco de vergüenza por habérmelo permitido porque no tiene sentido. No tengo una sola razón lógica para pensar que se me podría cerrar la garganta.


—¿Y si a final de cuentas sucediera?


—Pues aún cuando eso pudiera suceder, lo cual es imposible; ahora me doy cuenta que la única manera de comprobarlo es haciéndolo y arriesgándome, pero pensando y sabiendo que todo saldrá bien, al fin y al cabo eso me impulsa y ayuda más que pensar de manera negativa, eso sólo me detenía y me impedía lanzarme a lograr lo que quiero.


—¿Y cómo sabes que todo saldrá bien?


—No lo sé y estoy consciente de que tampoco tengo evidencia de ello, pero lo voy a hacer y si no funciona, sé que es la primera vez y a la siguiente me saldrá mejor. Es más, aún cuando no pudiera hacerlo, al atreverme sabré exactamente lo que me pasa y tendré un punto de partida para trabajarlo. Sabre exáctamente en qué momento y cómo sucede para resolverlo posteriormente.


—¿Y cómo te sientes ahora pensando de esa manera?


—Pensar en eso ya no me da miedo, al contrario, quiero hacerlo ya y disfrutar el proceso, pase lo que pase.


—Por último, por favor dime, ¿qué hiciste para lograr sentir que ahora tienes el control sobre ese miedo?


—Pues cambié mi manera negativa de pensar y en lugar de eso construí un pensamiento positivo y sobre todo útil que soporta lo que es real y lo que no. Ahora me siento seguro y pienso con la certeza de que estoy 100% preparado para hablar en público.


—¿Y cómo te hace sentir ese nuevo pensamiento?


—Muy seguro y feliz.


—¿Te gusta sentir eso?


—Me encanta.


—Te lo quieres quedar?


—Quédatelo, es tuyo.


[...]


El diálogo anterior es sólo un breve ejemplo de los tantos que se viven en el mundo del Coaching profesional, en donde el miedo muchas veces parece el asunto a tratar y se tiene que entender y atender su dinámica cuando impide el logro de algún objetivo deseado. Por supuesto no se queda todo en un simple intercambio de preguntas y respuestas, se tiene que reforzar con distintas herramientas dependiendo el nivel de anclaje emocional que manifieste la persona, y al final hacer un plan de acción con indicadores bien establecidos para garantizar el logro del objetivo, que en esencia ese es el foco de la conversación, más que el miedo en sí.


Puntos clave sobre las conversaciones de Coaching:


Aunque esta conversación muchos pudieran verla como superficial, en realidad cada pregunta se formuló de manera inteligente y estratégica, ya que entre otras cosas, se buscó generar conciencia, aprendizaje y autonomía en la persona. Las preguntas detonaron que la persona observara desde diferentes perspectivas, incluyendo los posibles escenarios futuros. Al hacerlo, encontró recursos que le permitirán saber qué hacer en cada uno de los desafíos que pudieran surgir. Y las preguntas del final se hacen para generar y anclar auto motivación y seguridad en la persona, porque a final de cuentas, lo que se busca en Coaching es autonomía en el aprendizaje y con eso evitar la dependencia entre el cliente y el Coach.


En una sesión de Coaching, también se hacen inducciones de estado con anclajes más profundos y se usan métodos más complejos para el cambio de creencias, pero omití esas partes y otras porque la intención en este artículo, sólo es ejemplificar la importancia del pensamiento positivo y cómo una frase que pudiera ser juzgada de utópica, puede ser un recurso muy útil para una persona cuando se convierte en un patrón neurológico profundo.


Pero algo muy importante, el Coaching profesional no es para inducir estados emocionales en cada sesión, porque no es la emoción el foco del proceso, sino un objetivo que debe ser clarificado desde el inicio, tal como en el ejemplo en donde el objetivo era hablar en público.


En Coaching, las emociones se trabajan como medios, no como fines; de lo contrario, se puede rebasar la línea entre Coaching y terapia, lo cual conllevaría fracasos y desastres en los procesos, sobre todo con Coaches poco preparados que no cuentan con la preparación necesaria y suficiente para realizar contenciones emocionales y acompañamientos más profundos que son propios de los terapeutas profesionales.

 

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Luego entonces, respondamos las preguntas del inicio:


1. ¿Sirve el pensamiento positivo para eliminar el miedo?


Comencemos analizando la siguiente frase:


"Miedo no es otra cosa más que ignorancia de uno mismo ante lo desconocido"


Como vimos en el ejemplo, no se trata sólo de repetir frases huecas sin sentido, sino trabajarlas a conciencia y convertirlas en valores y hechos que nos permitan lograr lo que deseamos.


Esta frase anterior, lo que nos dice es que debemos reflexionar y descubrir qué es aquello que desconocemos para encontrar la dinámica mental que activa nuestra alarma de supervivencia. Es decir, ¿qué pensamientos estamos creando en nuestra mente respecto de algo que ni siquiera conocemos realmente? De ahí descubriremos si tiene sentido ponernos en alerta de supervivencia o no. Te sorprenderás cuando te des permiso de analizar la dinámica de tus miedos y descubras que la mayoría son sólo avisos erróneos de tu sistema y que sin embargo, al hacerles caso llenas tu vida de estrés, ansiedad, angustia y muchas veces hasta dejas de intentar cosas por el simple hecho de creer (inconscientemente) que si lo haces vas a morir, lo cual es una idea que no tiene razón de estar en tu ser.


Como pudimos ver en el ejemplo de conversación de Coaching, se trabajaron y aterrizaron las tres propuestas que proponen las frases inspiradoras, que son:


1. Entender la dinámica mente-cuerpo del miedo para poder conquistarlo.

2. Actuar en lugar de quedarse observando de manera pasiva.

3. Crear otra fuerza mental más significativa y poderosa que compita y venza al miedo.


Cuando trabajamos bajo pautas mentales positivas, entrenamos a nuestro sistema mente-cuerpo y lo acostumbramos a seguir en búsqueda de lo que nos hace felices, en lugar de estancarnos en una situación de letargo que es en la que viven las personas negativas que se sienten encerradas y son víctimas de las circunstancias que ellos mismos se han generado desde su mente inconsciente.


2. ¿Es posible conquistar al miedo?


Por supuesto, pero no hace falta, ya más que conquistarlo, tu declaración mental debería ser: el miedo es mío, me pertenece y como tal, lo controlo. Y no verlo como enemigo porque en realidad es un aliado que te sirve, sólo es cuestión de aprender a comunicarte con él y luchar juntos para conquistar las montañas más altas.


Si nos sigues en redes sociales, verás que nosotros mismos incluimos frases en cada uno de nuestros post que dicen, por ejemplo:


¡Vamos juntos... Vamos todo! ¡Es por ti, es contigo!


Esas declaraciones que muchos ven y juzgan como simples frases marketeras, en realidad son soportes mentales nuestras que compartimos como declaraciones diarias de lucha y que tienen doble propósito: el primero es para nosotros mismos ya que con esas frases le decimos a nuestro propio ser que vamos juntos y vamos con todo. La segunda finalidad es contagiar positivamente a quienes nos siguen, exhortándoles a seguir adelante juntos, con todo y a pesar de todo; que tienen que esforzarse ellos mismo porque su felicidad y su éxito depende de ellos mismos y de nadie más.


Entonces y como respuesta final, no hace falta conquistar al miedo porque ya te pertenece y está a tu servicio.


3. ¿Se pueden lograr cosas a pesar de sentir miedo?


Por supuesto, incluso me atrevo a sugerir que sin miedo la lucha diaria no tendría sentido. El miedo está en cada uno de nosotros para alertarnos, más no para limitarnos. El miedo activa la amígdala de nuestro cerebro* a la menor provocación porque sigue siendo primitivo y actúa como en la época de las cavernas, en donde existían peligros mortales que dependían de esta parte instintiva del ser humano para sobrevivir. Pero ahora ya no existen esos peligros mortales y tenemos entonces que re educarlo y enseñarle dónde y cómo debe actuar siempre a nuestro beneficio, y mantener un pensamiento positivo es una de las pequeñas grandes ayudas que podemos darle y darnos para ser más felices y exitosos en la vida.


"El miedo no es negativo; nuestra interpretación mental del miedo es la negativa".


El reto es aprender a vivir con miedo pero sin sufrimiento, hacerlo nuestro aliado y aprender a convertirlo en un recurso poderoso para generar el valor que necesitamos para lograr nuestro propósito y generar felicidad.


*(en una publicación posterior escribiremos sobre "La Ciencia del Miedo", para entender su anatomía neurológica y sistémica.)


4. ¿Se tiene que eliminar el miedo para lograr lo que uno desea?


Lo siento... Tengo que darte una mala extraordinaria noticia: la mala es que el miedo no se puede eliminar, pero lo extraordinaria de la noticia es que no hace falta eliminarlo porque en realidad no es él quien nos limita, sino nuestra interpretación y desconocimiento inconsciente de su dinámica. Como lo escribí en la respuesta anterior, el miedo tiene una razón de ser y eso le da el derecho de existir en nuestro sistema. Es en nuestra mente donde se generan las alarmas y el miedo es incluso víctima de nuestra ceguera mental.


La siguiente premisa es fundamental: "Si cambio mi mente, cambio mi mundo". Y no es que el mundo se adapte a ti, sino que tu enfoque mental se conecta con tus emociones y tus emociones con tus palabras y tus acciones. Lo que sea que tengas en tu mente, te hará sentir de alguna manera y con esa emocionalidad hablarás y actuarás en el mundo que te rodea. Lo que das, recibes. Si das positivismo recibirás positivismo, pero si das negatividad, ¿qué crees que recibirás?


Hagamos un breve receso para escuchar con atención la siguiente canción que describe perfectamente lo que estamos diciendo. Ponle atención a la letra y date permiso de asimilar cada premisa que propone:



5. ¿Cómo se vence al miedo?


Como escribí antes, al miedo no se le vence, sino al contrario, se le abraza y se le guía. Sin embargo, hay una frase que dice: "Controla a tu miedo o él te controlará a ti".


Ciertamente; hay personas a quienes el miedo les ha robado el control de sus vidas, aunque más bien debería yo decir: hay personas que han canalizado de manera negativa su percepción del miedo y ello les hace creer que han perdido el control, pero en realidad siguen teniendo el control absoluto y sólo es cuestión de re acomodar cosas en su sistema mente-cuerpo para darle vuelta a su entendimiento y con ello recobrar su manejo del miedo.


El manejo del miedo puede requerir tratamientos diversos como herramientas de resignificación sencillas (como en el ejemplo del diálogo), técnicas para el manejo de creencias, técnicas para el manejo de emociones o hasta algún tipo de terapia o incluso tratamientos psiquiátricos especializados si es que ha llegado a un nivel de patología más compleja. Todo depende del nivel o la dinámica emocional de cada persona. Yo definitivamente no apruebo ciertas técnicas por la manipulación biológica que se realiza, pero depende de cada quien si las acepta o rechaza.


En el caso del Coaching, que es la profesión que realizo desde hace más de 20 años y ahora con herramientas basadas en neurociencia; existen recursos muy útiles que se pueden utilizar en procesos en donde se busca algún objetivo y el miedo se manifiesta como eje rector en estados emocionales limitantes. En estos casos, utilizamos recursos de programación neurolingüística y otras herramientas pero no para atender directamente la emoción, sino como recurso de reencuadre que permite acompañar a la persona en su propio diseño de los modelos que le permitan re enfocarse en la situación deseada.


Es importante aclarar que el Coaching no es terapia y no trabaja patologías, enfermedades o cuestiones que tengan que ver con problemas del pasado; eso se lo dejamos, por congruencia, a los terapeutas, quienes cuentan con la preparación adecuada para tales fines. Si te encuentras en una situación en la que crees que el miedo se ha apoderado de ti, por favor date permiso y busca un especialista. Toma la decisión ya y date permiso de recibir ayuda. Siempre hay alternativas y mereces tomar las riendas de tu vida, porque es tuya y te pertenece.


Para cuestiones "más ligeras" como en la conversación-ejemplo que incluimos en esta entrada, podemos utilizar distintas herramientas que trabajan desde la conciencia de la persona y son muy útiles en procesos de cambio: resignificación de creencias, inducción de estados emocionales, modelos de resignificación de lenguaje, clarificación y filtración de objetivo, etc.


Existe una técnica que utilizo para trabajar estados emocionales letárgicos en situaciones como lo que describimos en el ejemplo. Si gustas, te la puedo compartir con mucho gusto si nos escribes a info@mascoach.mx


Esa técnica se realiza en 2 partes y puedes usarla también para trabajar cualquier tipo de ciclo letárgico que que te esté impidiendo alcanzar alguna actividad importante en tu vida.

 

Pues hemos llegado al final de nuestro artículo y esperamos que el análisis que hicimos en torno a la dinámica del miedo, te haya permitido al menos poner en perspectiva tus creencias acerca de este tema y deseo que a partir de ahora, en lugar de verlo como uno de tus más temibles enemigos, lo consideres aliado y parte esencial de tu proceso de aprendizaje y evolución natural como ser humano.


Concluyo sugiriéndote que revises nuevamente el siguiente video -que es el mismo del inicio- y observes si te ha quedado más claro lo que en él se plantea.

¡Hasta un próximo encuentro y mucho e infinito éxito!

 

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