"Hay viejos que creen que el joven es muy joven, y hay jóvenes que creen que el viejo es muy viejo".
Traduciendo esa frase:
Por un lado, hay personas adultas que creen que los jóvenes no están preparados ni son capaces de ser exitosos, entonces los congelan y desconfían de ellos sin darles la oportunidad de demostrar su talento.
Hace algún tiempo, por ejemplo; alguien de cierta edad me dijo que los jóvenes no tenían derecho de ser exitosos ni tener dinero, aún cuando lo obtuvieran trabajando. Y no se refería al hecho de que un joven pudiera ser irresponsable o inconsciente para manejar bien su situación (probable, a veces, pero no es una generalización), sino; simplemente porque desde su perspectiva; los jóvenes, literal, por su corta edad, no deben tener los mismos derechos de éxito que los adultos. "Imagínense eso".
Por otra parte; hay jóvenes que creen que los adultos mayores ya son obsoletos e incapaces de seguir aportando a las empresas y a la sociedad; y entonces los ignoran y no los hacen partícipes de proyectos nuevos.
Muchos individuos y culturas más grandes como las de las propias empresas y los grupos sociales, caen en este error de etiquetar a las personas por su edad o condiciones particulares, como si las personas fuéramos productos de tienda que se compran y desechan a placer.
En el mundo laboral ni se diga. Lamentablemente la discriminación por edad es sorprendente y muy lamentable. A personas de más de 50 años les es más complicado colocarse en un buen trabajo y bien remunerado.
Debo puntualizar que, como en todo, existen excepciones y por supuesto hay empresas que contratan el Talento Senior y lo reconocen con buen sueldo y excelentes condiciones de trabajo, pero el tema laboral, en sí, no es el tema esencial de esta nota, sino el hecho de usar LENTES DISCRIMINATORIOS y las razones inconscientes por las que los usamos.
Esas rudimentarias maneras de pensar (CREENCIAS); podríamos decir que llevan a la discriminación en ambos sentidos, y no sólo por edad, sino por muchas otras lamentables maneras de VER la realidad, que son el origen de circunstancias adversas que muchas veces ocasionan, desde distanciamientos en las relaciones humanas, hasta guerras y pérdidas humanas.
Pero más allá de las creencias que llevan a actuar bajo paradigmas limitantes, esto se debe a la ignorancia, y a la inconsciencia de esa ignorancia. Es decir; las personas en ambos lados de cada historia que caen en prejuicios discriminatorios, carecen de objetividad en sus percepciones. Cada uno utiliza lentes distintos para ver la misma realidad... que es virtual, tal como lo proponen las fotografías que ilustran esta nota. Cada quien etiqueta su mundo de acuerdo a esos lentes que le permiten ver en blanco, en negro o a todo color.
Pero veamos... Lo paradójico y bello, es que, cada ser humano aprende y se programa para pensar, sentir, comunicarse y actuar de individual e inigualable manera... Cada quien ve y construye su propia realidad y cada quien construye su propia verdad de ella. Eso es maravilloso y mágico... Cada quien tiene esa libertad y ese derecho.
¿Y entonces cuál es el problema?
El asunto en reflexión es que, las personas que discriminan con sus etiquetas, creen que el mundo es o debe ser como ellos lo ven, y de manera injusta e inconsciente, tratan de obligar a quienes les rodean, a que piensen, sientan, hablen y actúen igual que ellos, y muchas veces, incluso, los obligan a acceder a sus decisiones, caprichos y deseos.
¿Y cómo podemos contribuir para VER a todos los seres humanos por igual?
La propuesta es darnos permiso de cambiar de vez en vez los lentes con los que percibimos nuestra realidad, entendiendo que "eso" a lo que llamamos verdad, no es más que la PROYECCIÓN de nuestras limitaciones, de nuestros miedos, de nuestros deseos, de nuestras ambiciones, de nuestras dudas, de nuestras ganas, de nuestra experiencia, de nuestras habilidades, de nuestras carencias, de nuestras necesidades, de nuestras competencias, de nuestros deseos, de nuestros éxitos y fracasos, de nuestra propia sabiduría, e incluso; de nuestros propios gritos que claman atención y suplican perdón, amor... compasión.
En resumen:
"Los lentes con los que vemos nuestra realidad virtual, no son más que manifestaciones de nuestro EGO queriendo cubrir sus necesidades".
Es cambiando nuestros lentes, como aprendemos a aprender y a fluir con cada persona y con cada circunstancia que compartimos en esta maravillosa escuela llamada vida, dando oportunidades a todos por igual y siendo flexibles incluso cuando las circunstancias nos hacen sentir vulnerables. Eso se llamada humildad y es una de las llaves para alcanzar la trascendencia.
Ahí está el detalle, diría Cantinflas (actor mexicano de comedia)... "El reto es darnos permiso de evaluar nuestra voz interior y cambiar los lentes con los que observamos el mundo".
Así podremos entonces, actuar de forma más ecológica en nuestra vida, y eso significa no afectar a los demás ni a nosotros mismos con lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. "Cada quien con su cada cual"...
¿Suena fácil verdad? Pero hacerlo requiere convicción y esfuerzo".
Cada quien tiene sus lentes y cada quien tiene el derecho de enfocarse en lo que quiera, eso está bien y se vale, pero es muy inconsciente afectar a terceras personas por ver sólo una cara de la moneda. A esto le llamo el Lado A de vida, pero al igual que la moneda, en la vida también hay un Lado B que es bueno, que es mejor y que es justo. Y ese lado B de la Vida también es nuestro y, tomándolo en cuenta es como podemos ser agentes de cambio siendo conscientes, justos y humildes; respetando y aceptando a quienes nos rodean y a quienes incluso les debemos el pertenecer y formar parte de la misma energía que mueve al universo.
"Hay una gama impresionante de colores en esos lentes con los que prejuzgamos el mundo. Los mejores, son aquellos que sean ecológicos para no afectar a los demás... ni a nosotros mismos".