Estos colaboradores mejoran el clima laboral, aumentan la productividad y disminuyen los costos. Suelen tener en común el compromiso y el orden de prioridades que siempre se decanta hacia ellos mismos.
Es posible clasificar a estos trabajadores en cuatro tipos:
1. Los afables–amables. Les gusta hacer que los demás luzcan, tienen alta autoestima y reconocen a los demás.
2. Los colaboradores o expertos en crear maneras de que las tareas avancen.
3. Los críticos constructivos que viven buscando las fortalezas de los demás.
4. Los proactivos y estrategas que convierten los trabajos complicados, en retos que valen la pena. Estos son puntuales, cumplidos y se dedican a contribuir con el trabajo fluido de los demás.
IMPORTANTE: Hay muchas aristas dentro de este tema que se podrían analizar, pero en esta ocasión, el eje de la propuesta es el ENFOQUE POSITIVO en la identificación del talento. Creer en nuestra gente, es el primer paso para ayudarlos a crecer y trascender.
😉
¡Éxito!